Planificar nuestro futuro puede sonar complicado, sobre todo cuando pensamos en una larga lista de metas que nos gustaría alcanzar y que se van dificultando por el cambio de circunstancias que atravesamos a lo largo del camino, por ello aprender a prepararse es un primer paso para el éxito.
La preparación no solo se trabaja académicamente, es importante aprender lecciones desde diferentes momentos de la vida para entender como las cosas cambian, los planes se renuevan y los deseos se transforman.
Una forma práctica de conocer la vida fuera de casa y la escuela, son las primeras oportunidades laborales y estas no están sujetas a trabajos completamente formales, una oportunidad de trabajo se puede encontrar a la vuelta de tu casa, con algún familiar e incluso auto empleándote con alguna habilidad que te distinga como saber cocinar, realizar trabajos manuales, enseñar, entre otros.
Probablemente parezca sencillo decirlo y no lo sea realmente; cuando somos jóvenes pasamos gran parte de tiempo en la escuela, y tanto tareas como proyectos escolares consumen gran parte de tiempo en casa, pero con una buena organización de tus tiempo, es posible dejar un espacio para aprender en un entorno diferente.
A partir de la mayoría de edad, muchos jóvenes comienzan a buscar un trabajo para poder continuar con sus estudios, generalmente en lugares que emplean por medios tiempos, como apoyo a los chicos que aún no terminan su preparación académica.
Sin embrago, muchos jóvenes también empiezan a buscar oportunidades de trabajo para abrirse camino y ganar experiencia; esto resulta en una reflexión importante para la vida adulta, conseguir un trabajo mientras aún se está en la escuela, brinda un panorama nuevo e interesante hacia el futuro.
Existen muchas ventajas para trabajar y estudiar al mismo tiempo, a continuación te presento 5 razones para que no lo pienses más:
1. Aprendes a organizar tu tiempo
Empezar una nueva actividad como un empleo después de las clases es importante aceptar la responsabilidad, el compromiso, y disciplina que integras a tu vida, en el camino aprenderás a priorizar y a valorar tu tiempo para atender cada aspecto de tu vida.
2. Desarrollas nuevas habilidades
La práctica hace la experiencia y de cualquier pequeña o gran actividad es posible aprender cosas nuevas que van a enriquecer tu experiencia.
3. Adquieres experiencia. Cuando logras encontrar un trabajo en tu área de estudio, comienzas a sembrar una base que más adelante va a respaldar tus conocimientos profesionales y complementas tus habilidades.
4. Amplias tu aprendizaje externo
Las empresas buscan preparación y conocimientos adecuados para desempeñar las determinadas labores, pero esta preparación no se limita a la educación profesional sino a las habilidades sociales que puedes adquirir en cualquier primer empleo que te permitirá desarrollarte personalmente.
5. Aprendes a manejar tus ingresos
La educación financiera es un factor que puede cambiar tu vida, en el momento que empieces a obtener un ingreso que deberás administrar lo mejor que puedas considerando tus intereses y las razones por las cuales decidiste empezar a trabajar.
En ese sentido, tener la oportunidad de trabajar y estudiar al mismo tiempo, el estudiante fortalece constantemente su aprendizaje, lo que le permite conocer desde la academia cómo funciona el mundo laboral y a su vez, aumentar las probabilidades de conseguir mejores oportunidades de trabajo para un futuro cercano, incrementando también la creación de vínculos y la red de contactos profesionales, importante para la trayectoria laboral.