La necesidad imperante de llegar rápido a los resultados en una organización hace que la paciencia sea poco, sin embargo, la ansiedad puede ser traicionera, especialmente en lo que respecta a las personas que apenas van adquiriendo experiencia laboral.
Un practicante es un miembro de una empresa que es novel, cuenta con poca o nula experiencia en el entorno laboral, por ello carece de los conocimientos que tienen otros empleados, se debe entender que están en una curva de aprendizaje.
La paciencia es una virtud, entender que los becarios o personas que apenas van ganando experiencia profesional, pueden fallar, que lo importante es que no cometan las mismas fallas dos veces, es decir, que aprendan de sus errores.
Si se tiene ese enfoque, estarás en presencia de una persona en pleno crecimiento profesional, en el caso opuesto, estarás rotando de un becario a otro y jamás podrás generar una continuidad.
Hay que ser exigentes con los nuevos talentos, se debe comunicar claramente las expectativas y lo que se pretende de su labor, sin embargo, también hay que ser tolerantes al fracaso, a largo plazo es lo mejor para ambas partes.
La conclusión es que la paciencia y la tolerancia son dos de las principales virtudes que se deben tener a la hora de adquirir personas que apenas comienzan con su experiencia laboral, los resultados no serán inmediatos, sin embargo, a mediano y largo plazo serán muy satisfactorios.